un lugar en el mundo... el mio

28 de enero de 2010

¿Y ahora qué?...¿Qué más me va a pasar?

Cuando entramos en los tiempos de mala racha la única pregunta que uno no debe hacerse jamás es ¿Y ahora qué? o su variante más conocida ¿Qué más me va a pasar?
El año anterior habia terminado con la irrebocable decisión de mi televisor de 29 pulgadas de jubilarse al otro día de Navidad. Y con todos los ahorros invertidos en las cenas de fin de año en familia y demás regalos tipicos de las fiestas, nos despedimos de nuestro compañero sin la posibilidad de darle la bienvenida a un nuevo integrante de la familia, es decir, no más tele grande en el comedor.
Los deseos de comienzo del nuevo año evidentemente se malinterpretaron, aclararé entonces que, cuando yo pedí un año lleno de cambios, no me refería a todos los aparatos electricos que facilitan parte de mi vida.
Hace diez días, mi lavarropa entró en algo así como un coma profundo a lo que el técnico específico no pudo más que declararle muerte cerebral (el tablero digital había colapsado). A pesar del calor y el hecho de usar más ropa que en otra época del año, nos tomamos la tarea de lavado y/o ir al lavadero como algo positivo, lo convertimos en parte del ejercicio diario necesario para mantenerse en forma.
Pero a comienzos de esta semana, continuando con la epidemia electrodoméstica, nuesto querido aire acondicionado se tomó vacaciones sin aviso y dejó de laburar de un día para el otro, pero aparentemente la semana próxima se reincorporaría nuevamente con nosotros (recemos para que así sea), el mayor problema se presentó cuando su compañero, del sector piezas, se declaró en huelga al no querer cumplir con la tarea de enfriar lo que antes enfriaban entre los dos, mostrando su negativa con reiterados charcos de agua. Hoy para completar el combo "calor agobiante" el ventilador decidio hacer una desestructuración del equipo, y se le soltó una de las lamparitas, quedando pendiendo de un cable la totalidad de las luminarias. Por suerte ese inconveniente se solucionó internamente, sin la ayuda de personal ajeno a la casa.
Para culminar el día, uno de los conversores de direct TV comenzó con unos tics extraños donde se le cuelga la señal y se le pone azul el panorama.
El resto de nuestros electricos compañeros siguen funcionando bajo amenaza de un feo destino si decidieran faltar a sus obligaciones, y a pesar de que la heladera está a punto de plantar bandera sigue tirando para adelante (ella es de las de antes, de las que trabajan aún cuando ya nadie daría dos pesos por ella... ¡Te queremos heladera, te queremos!)
Y Catalina pensó: "Si falla el Microondas canto BINGOOOOOOOOO"...

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